sábado, 23 de noviembre de 2019




                       Retorno  la lírica,  o la  <<lírica>>



                   Óleo y técnica mixta sobre lienzo, 135 x 200 cm., realizado sobre 2011.



Volver, una vez más, retornar de nuevo a la lírica, después del cinismo y el silencio cómplice internacional de los medios de comunicación occidentales sobre las tragedias recientes en Bolivia y chile: el neofascismo apoyado, sutilmente, por estas superpotencias ultra mercantiles del planeta…  Y también de las mentiras y manipulaciones oficiales sobre los recientes acontecimientos en Catalunya: <<”Los buenos” y “los malos”>>, decían, algo así como en las antiguas películas de vaqueros del oeste. Los “malos”: una gran parte del pueblo catalán, y los buenos –obviamente-:  la policía, “indefensa”, “desprotegida” ante una jauría “minoritaria” de miles y miles de manifestantes impotentes e indignados por el procès.

Bueno, pues después de eso y mucho más, volver, volver como recurso, como forma de vida (algunos no tenemos otra: la lírica o el arte), como asidero cierto y benévolo e ingenuo, si así se quiere ver; retornar al soporte de las palabras, al penumbroso diván de la prosa, sin más pretensiones, o más exactamente: sin ninguna pretensión más que la de descansar un poco después de tanto despropósito.  Y llegar, sea por dónde fuere, al valle quieto y extenso de las estrofas diluidas en el remanso de las horas paradas.  Y los días, obviamente, son todo ese amplio conglomerado de vivencias, experiencias, sensaciones y sentimientos que van transitando en el transcurso de esas horas por el inestable escenario de esos días aludidos y anónimos.

Volver como recurso irrenunciable al intimismo de las palabras es un rechazo, en parte, aunque transitorio, al mundo real y cotidiano que nos agrede dulce e intermitentemente hasta que, sin darnos cuenta, llega, como ya se ha dicho, a una grosería sin reservas difícil de soportar por mucho tiempo.

Y sí:  uno realmente hace tiempo que está vomitivamente   saturado de tanta información/desinformación/pseudo-información y post-verdad  oficial (en todo esto expresado el gobierno de turno no participa, no tiene poder, es mero espectador de lo que le dicten las grandes potencias)  porque, hoy en día, y para quién quiera enterarse, y repito, la información <<oficial>> del  Estado está netamente dictada por nuestra civilización “perfecta”;  es decir:  por el Régimen planetario neoliberal-Occidental, que marca, implacablemente, los ritmos y los tiempos en los que escupe <<sus noticias>>   a sus cándidos súbditos, o sea, nosotros, el pueblo, tan bien intencionados e, incluso, cultos y de cierto nivel crítico.  Pero son muchísimas –demasiadas-  las veces en que la <<crítica>>  se convierte en una “crítica” escandalosamente autocensurada.

¿Dónde, pues, está la tan cacareada Libertad del mundo “democrático”?

Así pues, es mucho mejor, más sano y mucho más honesto, por ejemplo, ser el vendedor-comercial de un establecimiento de motos que, en un momento dado, le vende –literalmente-  una moto a su cliente.  El  Sistema,  el  Régimen, nuestro régimen perfecto de “libertades”, “derechos humanos”, etcétera, nos vende dosificadamente y durante toda nuestra vida -¡que no es poco!-  una perversa y peligrosa moto de lujo pero que lleva, ya de fabricación, pésimos neumáticos y aún peores frenos…  Una moto con la que en cualquier momento podemos fenecer por exceso de <<velocidad>>: incomprensión, hastío, desengaño y, replanteamiento de la más básica y elemental ética de la existencia; de toda nuestra existencia.

¿Qué ha sido, qué será de nuestra Vida en un Régimen neta y exclusivamente  Mercantil, y, sutilmente Policial?   No lo sabemos, no queremos saberlo y, yo al menos no lo sé.  Pregúnteselo usted mismo, tú mismo, tú misma, tan bella, tan candorosa, cuando vas por los márgenes del río, luminosa, drástica de formas, sin percibir, quizá, la gran corriente de sus aguas.

Café  Easo, Zgz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario