28. JULIO, 2015
Después de la pasión del amor, ésta
sigue/seguirá con más fuerza, intensidad y enconamiento.
Después de la pasión del amor –si es
que se desea- sólo ha de llegar más pasión y vehemencia, ya que no hay más
puertas que accedan directamente a la vida. Casi todas las demás son
derivaciones: Puertas falaces que nos llevan al andén en vía muerta para
siempre; múltiples puertas que sólo son
patéticos sucedáneos de la llamada “evolución”;
de las “nuevas etapas”, o de eso que “es lo que toca”, con lo que nos
engañan para hacernos sonreír como auténticos bobos.
Cuánta invención groseramente
convencional para evitar llamar a la muerte (muerte en vida socialmente
aceptada) por su nombre.
Después de la pasión del amor sólo
puede exigirse mayor grado de amor y pasión, sí, con todas sus consecuencias.
30. JULIO
Un temor de media tarde se cruza de
pronto, lento, por el indeciso lienzo de mi vida, delante de mi vista.
Secuencias agolpadas y fugaces tiemblan
en este filo leve de las horas dispersas, esas en las que no amo, y, sin
embargo, fragmentos de vida inconexos encienden con violencia inusitada todas
las luces que laten desde siempre.
Un temor de media tarde, en el estío
quieto, ha entristecido no sé qué pensamientos, formas, texturas y miradas,
esas que miran desde la sombra clara. (Sólo quiero las miradas.)
Y quisiera salir a la tarde, y gritar
con urgencia si es que ésta no me defrauda, si ésta no está vacía; si ésta,
claro está, no viene cargada de tedio y
espanto.
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