domingo, 3 de diciembre de 2017

12, noviembre,  2015

Noviembre, al fin.  Irreversible noviembre.  La gesta de los días (si es que hubo tal gesta…) que ha precedido a su nombre; noviembre sedente, con sus horas maltrechas, densas, desordenadas e, incluso, algunas veces coherentes para construir así el final de un verano y, ahora, construyen/destruyen un otoño temeroso y previsiblemente aciago como pocos.


Noviembre, levísima sombra que puede escucharse sin ser vista.  Sus horas nos llenarán de noche extensa, lenta, abigarrada de confusiones entre un fragor de palabras dispersas y, quizá la miseria regalada y caritativa de algún que otro fugaz amanecer viajando inexorable a la deriva del invierno.  De todos los inviernos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario