1, marzo, 1016.
…Qué luz.
Casi hay una
luz distinta para cada hora del año.
Cada día tiene su temperatura, su afán,
su inacción, su dolor y su clausura.
A veces
cierran las puertas de los cielos, y también apagan las luces que estaban
destinadas a iluminar el día.
A veces
cierran las salidas naturales de las calles con cancelas invisibles, pero no
obstante sabemos que no podemos pasar y que no podremos ver por qué la luz nos
falta, y tampoco navegar con la vista por las altas autopistas celestes,
totalmente cerradas para nosotros.
A veces las
calles se estrechan de pronto y, tenemos la impresión de no poder pasar por
ellas.

A veces, los
días, tienen estas pequeñas cosas que nos impiden vivir como deberíamos…, porque vivir, en apariencia es sencillo,
aunque a mí, a veces, ya sólo me trae dolor sobre más dolor.
Adonde se
fue, por ejemplo, la luz esta misma mañana…
Óleo sobre lienzo, 2002?, 146 x 114 cm.
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