domingo, 6 de diciembre de 2015



LA GRAN BELLEZA, de Paolo Sorrentino

Me han regalado la película <<La gran belleza>>, así que la hemos visto juntos, ella y yo, después de cenar.

Recuerdo, el año pasado, cuando la vimos. No sé cuántos premios le dieron a <<la mejor película europea>>.  Era sábado, y yo, lógicamente, temía que no tuviésemos entradas.  Llegamos al cine a la hora punta.  El cine, el Elíseos, es/era una sala entre lujosamente decadente, tal vez ecléctica, y casi romántica.  En su interior, y ya habiendo comenzado la película, no estábamos más de treinta personas.

No nos dejó indiferentes, nada más lejos.  Es un tipo de películas que, en un momento de la vida, deseas ver –o que te la confirmen- a gritos.

En un momento dado, el protagonista, que es un escritor/vividor, dice: <<En otros lugares hay otras cosas. A mí no me interesan otros lugares>>.  Ése es mi drama personal, pensaba yo.

Casi al comienzo, se oyen unos coros, drásticos, armonizando con toda la ecléctica arquitectura romana.  Un turista anónimo que va caminando entre unos jardines y fuentes, de pronto, sufre un desmayo.  ¿Se deja entrever, así, en toda su crudeza, en síndrome de Stendhal?   No es un desvanecimiento cualquiera, y los coros (pocos y puntuales) se mezclan y confunden con toda la banalidad del mundo, de ese instante y entorno.

Estefanía, es la burguesa progre, mujer que ha creído realizarse pero, su vida es un caos de tristeza y ausencia de afectos y comunicación, al igual que el resto del grupo de amigos de esa burguesía elitista romana, esa falsa progresía, esa pseudo izquierda plagada y dopada de dogmas de todo tipo (ahora ya varada en tierra de nadie), aunque en el fondo, todos ellos saben que viven muy bien y, se aburren bastante, y por tanto, son conscientes –algunos con dramatismo- que pueden acceder cuando quieran al gran lujo del Pensamiento.
Hay una jirafa en mitad de la noche. Un amigo del escritor le dice que está ensayando un número de magia para hacerla desaparecer.  Gep, el escritor y protagonista, le dice: ¿Puedes hacer que yo desaparezca?
Etcétera.

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