18, septiembre, 2015
Después del mar, ya tierra adentro,
sí, por las calles de la ciudad.
Qué habrá, después del mar… Qué puede
haber…
Hora tras hora; días leves, de un
nuevo septiembre sin historia. Calles
neutras, sin nombre; nuevos/viejos cielos parados
que ya he contado aquí (o en
cualquier otro sitio) y, diversos tipos de cadáveres por las aceras; cadáveres
que quizá empiezan a reconocerme, como a un colega, en los cafés que frecuento.
Uno mismo sabe perfectamente los momentos del día que tiene “madera” de cadáver.
Y no les digo nada, me callo. No les miro.
Salgo a la calle e intento respirar.
El aire es algo denso, no sé. El
aire, en todo caso, a veces es difícil y costoso de respirar.
Un día de estos igual decido,
definitivamente, dejar de respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario