domingo, 11 de octubre de 2015



9?, octubre, 2015

El viento.  O la ausencia de viento.

 Las pre-fiestas.  O las fiestas cercanas.

¿Para quién son las Fiestas?

¿Para quién es el Viento (o la ausencia de éste)?


Hay calles sin viento igual que hay cielos sin nubes u hogares encendidos en algún secreto interior que nadie percibe.


¿Dónde se encuentran las hogueras y en qué cielo despistado pueden apreciarse esos cielos lisos, arrasados, limpios del “pecado” de la nube errante e imprevisible, o predecible de inconfesables desvíos/desvaríos  que a nadie nos afecta?


No les diré, no te diré, ya no diré a nadie (ni a mí mismo) que ya no viajo –y ni siquiera retorno- con esa nube de apariencia inmóvil pero que ya no gravita en el cielo.


Hay un instante, de vacío indescifrable, que no es visible en ninguno de los cielos del mundo. 


Hay que guardase de la mirada, nuestra propia mirada, y conformarse con los falsos vacíos para no agonizar, quizá, de <<vacua>>  saturación por los altos azules desvencijados y en tránsito  del pensamiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario