martes, 30 de junio de 2015



CASPE,  sábado noche, 27 de junio. La Fireta.

Hombres solos, dueños de la nada,  por la periferia o el alambre destensado del tiempo; de un tiempo, el que sea.

Yo, o sea quién fuere, amigos, da igual.   Vienen  desde la ciudad a visitarme, agradezco la visita, me alegro: qué bien comunicarse, cambiar impresiones…

Soledades antiguas, consabidas confidencias previsibles.  Pero al final es lo de siempre:  hombres solos –yo, quien sea, da igual-  en el palco preferente de la noche donde se representa el gran teatro de la nada:  la belleza que va de paso y no se detiene en la puerta de los ojos que la miran.

Le digo:  <<Hemos cogido “un palco”, aquí, en la Fireta>>.  <<¿La Fireta?>>, pregunta.  <<Sí, es el nombre del barrio.  La otra bodega, esa que estaba tan bien ambientada, era la del Pueyo>>.

Hablamos, miramos, interrumpimos la conversación.  Quiero ser cortés y digno y educado guía   de  estas fiestas, y quizá tal vez lo consigo, pero hay una soledad atávica, muy remota y, en donde el universo femenino (su teórica accesibilidad) se va alejando para dejar paso a una sordidez ya conocida.

Cervezas, noche cálida de cuerpos e indumentarias medievales, a contraluz, silueteando elipses o realzando cabellos, moños renacentistas y perfiles de rostros eternos.

Siento los tópicos, tan necios, tan obvios y pensados, tan inmediatos y materializados; tópicos de las horas donde se quiebra el alambre….   O se destensa el mundo.

Seguimos hablando  (y mirando), pero  ¿adónde, a qué aciaga y extraña calle conducen las miradas instintivas y mecánicas?
Las tres de la madrugada, ya, ¿tan pronto?  Ya es domingo y las horas no dan tregua.

A las cuatro llegamos a la Casa-Estudio.  Le enseño su cuarto y le doy unas mínimas nociones de dónde está todo: el baño, el frigo, etc.

Ya luego, en la soledad, subo y bajo las escaleras de las tres plantas de la casa, miro arriba, abajo, salgo al balcón de la Calle Alta y hay una noche extensa e instalada en lo más alto del cielo; una noche eterna a la que -¿tal vez?- no estaba invitado.

Pero no me da la real gana callar obviedades a gritos, y no tengo ni quiero tener <<pudor>>, y lo cuento aquí, lo comento, lo hablamos…

(Hay un universo femenino que gravita allá lejos, allí, por las estrellas de otra galaxia o, no sé por dónde.  Reincido en decir que es un tópico, pero es así.  Esta noche, al menos, mi  amigo y yo no hemos pagado ni un duro por el “palco preferente” en la Fireta, sólo las cervezas.
Un surco más de la noche, uno de tantos, tal vez se ha cerrado para siempre.  Y así estamos…)

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