jueves, 19 de marzo de 2015



19, MARZO.  Notas desde la antigua bodega

Cataratas de vacíos que retornan.  Mares desolados que ya no sorprenden.  Abismos repetidos de fondos previsibles.   Vértigos que ya no asustan y, a veces, aún estremecen.  Humillados océanos del tiempo vencidos por la reiteración y el abandono, venid, venid al encuentro desde lejanas avenidas estelares, desde calles apartadas y amordazadas desde el miedo.  Venid, venid ahora mismo a reparar –si aún es posible-  las gigantescas deflagraciones de los días multiplicados. Venid a detener el continuo desangrarse de los cielos sin aparente beneficio para nadie.  Venid, sí, por un instante siquiera, venid a contemplar el insólito espectáculo de este gran naufragio ya anunciado.

Y vosotros, vientos fenecidos en el último instante de la tarde, llegad hasta aquí, haced una excepción que dé un último sentido a vuestro viaje.  Arribad  con vuestras aladas y translúcidas embarcaciones a socorrer este penúltimo naufragio silenciado, a levantar acta de la penúltima victima de esas horas inciertas y homicidas; de aquellos anacronismos que fueron seduciendo y eclipsando la luz de la palabra, sí, para ir segando, lentamente, una vez más, todas las vidas venideras con luz propia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario