martes, 17 de marzo de 2015



El rio…   28, febrero, 2015

El Rio, metáfora y símil perfecto para tantas y tantas secuencias de la cotidianidad… El río, hoy, baja crecido, muy crecido.

En este sábado anodino y como de transición estacional la gente ha salido a ver el río.   

El río baja pletórico y crecidamente agresivo, sabe y conoce su fuerza y ni siquiera se esconde en sacar músculo, pues es evidente su magnitud.
Sorprende –o me sorprende- la gente que ha salido solo por y para ver las aguas incontroladas y alegres.  Hay todo tipo de gentes.  Incluso, se ven esas parejas, ya de unos años: dignidad, un bien vestir, cierta circunspección porque, “no todos somos lo mismo” y, ellos, y los demás,  son, por supuesto, el inmediato entorno; es decir: todo el universo.
(...El "universo", puede llegar a ser tan pobre...)

Me sorprende, una vez más, esa resignación; esa aceptación de una especie de llegar al término curricular y biográfico en serena y aparente  y equilibrada actitud.  (A veces no entiendo nada, y menos aún el tedio disfrazado, y es entonces cuando fantaseo y literaturizo con pasión y, en incluso, hasta cierta violencia verbal.)

Ver el río; salir para ver el río, la escusa perfecta para que la misma vida nos vea  e incluso, tener consciencia que nos mira y de vez en cuando hasta nos presta atención.

El río algunas veces parece –que no lo es- eterno.
Los transeúntes/espectadores somos simples comparsas de esta efímera escenografía lúdico-festiva y absurda.  Etcétera… Ay... y dos mil etcéteras anónimos más, tan sólo por decir algo...

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