jueves, 26 de febrero de 2015



20, FEBRERO, 2015

Cuando yo me levante desnudo esta noche y, veas así, ante ti, el drástico rigor de los años…

Si me levanto despacio para abrir la ventana y pensar, o querer creer que la leve humedad todavía podrá venir desde Oriente…

Si bajo a la calle y, aún desnudo, voy hasta ese mar interior, a ese desolado puerto deportivo y encuentro allí, sobre una pequeña embarcación a Wein Li, esperándome, y diciéndome en voz muy pero que muy baja que nada es imposible.  Quizá yo le escuche entonces; quizá reanude ese magistral arte de los sueños, esos que nunca abandonaron todo mi mundo, nunca, y hasta tal punto de  llegar a materializar muchas de las vivencias que alguien de ustedes, seguro, creían imposibles o exageradas.

Vean pues, esta noche, sobre el amplio espacio azul ultramar oscuro. De nuevo Selene desplaza todo su inmenso universo con Wein Li, sí, hacia Wein Li.
-Pero, ¿ya quieres seguir a Selene, hoy, ya tan pronto de habernos conocido?
-Dime entonces, ¿qué argumento de peso habrás de darme para que evite este largo y raudo viaje imprevisible que hoy me espera?       
 No te confundas. Yo siempre he sido así.
-Ve pues, hasta esos montes del norte de Oriente, pues ya no recordaba la drástica velocidad ente tu partida y posterior retorno. Ah, y dale recuerdos a Wein de mi parte.
-Se los daré.
-Tal vez me quede unos días, mientras llegas, pescando en estas aguas.  Compraré una caña  y unos aparejos.

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