16, OCTUBRE
He dejado ahí fuera, en la gran plaza
pública, la cámara de fotos para que haga..., pues eso: miles de fotos, lo que le
venga en gana.
He dejado también un vídeo
grabando cualquier cosa, lo que sea, a
mí me da igual, que no me pregunten.
He dejado también, ahí fuera, una
parte (o toda, no sé) de mi vanidad más sórdida y tonta, y, sea ésta la
proporción que fuere: lo desconozco.
Cuanta más obsesión veo a mí
alrededor por dejar constancia y “biografía” en este mundo fugaz, mediocre y misterioso,
más me reboto, por así decirlo, aunque seguramente lo hago entre secretas
contradicciones, como todos, y, también, más libre quiero ir de equipaje
(mental).
La gente que sigue y sigue
barroquizando su vida en pos de no sé qué, empieza a producirme agobio, e
incluso, no me interesan sus interesantes y eruditas disertaciones que también,
a veces, conozco previamente con una sola mirada.
No obstante, y por si acaso, mañana
pediré hora en el psicólogo. Es broma. O es cierto, no lo sé...
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