11,
NOVIEMBRE. Mis vivencias con Wein Min Li
Cuando
llega la noche avanzada, después de haber hecho el amor en medio de un tiempo
infinito y parado, expectante y extraño, denso y vagamente esperanzado, Wein Min Li se queda dormida como una diosa
oriental sencilla y salvaje.
A
veces, me quedo mirándola, con miedo, con incertidumbre levemente agónica, como
si quisiera retener la felicidad, que para casi nadie existe, pues ésta viaja
con el tiempo que transita inexorable hacia el horizonte de la finitud.
En
esos momentos todavía me vuelve ese miedo indefinido y existencial que siempre
barrió y se llevó de mi pensamiento los instantes de luz más gloriosos.
Quedo
así desasistido, a merced de los vientos quietos y aciagos de la noche
interior. Es entonces cuando salgo a dar
un paseo por la pequeña ciudad, ya solitaria.
Pero antes, a veces acaricio las mejillas de Wein, sus brazos, sus ojos
rasgados y tan exóticos para mí. Todavía
hay veces que dudo, y pienso que aún debería amarla mucho más, y simplemente
por la extrema singularidad de nuestra historia.
Me estremece, me da vértigo no conocer los
límites del amor, de la felicidad o el miedo.
A veces quedo aterrado de pronto por una de
las calles debido a mi consciencia y apego (ese apego del que tanto hablaba Siddharta Gotama, el Buda) a este
intenso amor y felicidad que habré de perder, irremisiblemente, como todo. Es entonces cuando voy a casa corriendo como
un loco y, llego, jadeante y tembloroso, hasta nuestra habitación, y quizá me
repito intencionada e interiormente “nuestra habitación”, para tranquilizarme.
Wein
Min Li duerme plácida y relajada, puede apreciarse en su gesto. Parece sonreír entre sueños.
Me acerco para verle mejor el gesto, pero sólo es su facción oriental
que tanto me gusta.
¿Por
qué le amo tanto? ¿Cuánto durará esto?
Hay un pequeño resplandor en la lejanía que es
una pequeña parte de la Gran Muralla iluminada.
Me sorprendo a mí mismo sonriendo y diciendo: Mira que ir a vivir a un
país tan grande y poder ver, además, la Gran Muralla desde casa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario