7, NOVIEMBRE
Tengo conmigo, todavía, el
recuerdo emocional de las noches en
King-Tuen. No sé si siempre estarán ahí.
Y si se van, ¿qué quedará entonces?
Cielos inhóspitos que no
conozco, mares desbordados que se intuyen, ráfagas de viento presagiando algo,
no sé qué.
En el centro de la depresión
de este gran valle, donde nací, ya se cierne el invierno, ese frío
indescriptible que llegará a los interiores más ocultos donde la luz sólo es un
pensamiento remoto, quebradizo y sin nombre.
La luz estaba en ti, lo
recuerdo, pero, perdidas las nociones del tiempo, ya no sé quién eres tú, no te
conozco; no me conozco.
Y aún con todo, sueño
constantemente, con precipitada urgencia, quizá por los senderos de un
laberinto que concluye en el abismo.
Y siguen viniendo, ellas,
noches en desbandada que traerán un vacío innombrable.
7, NOVIEMBRE
(((Dime, por
favor, si puede ser, qué sentido o utilidad tiene el Pudor, ese Pudor que viaja
gran parte de la vida a nuestro lado.
Si yo te digo, sí, el manifiesto
deseo de escuchar tu voz, tal vez vuelvas –desde lejos- la vista al horizonte, y calles,
deliberadamente.
Pero, ¿es esa tu voz, esa
luz dubitativa, temblorosa, de un alba incierta que no sabemos si vendrá?
Dime (no espero respuesta),
¿ha de venir el alba en días posteriores,
o sólo será una mirada virtual, una fotografía, un ensueño más, de
colección, caminando hacia falaces primaveras?)))
7, noviembre, 19 horas.
7 de noviembre
He cogido el periódico, al
fin, en el café Guang Choung Li (hacía tiempo que no venía), pues tenía la cabeza saturada de prosas,
quizá estériles y además desordenadas, agrestes, intensas, rabiosamente
coloristas algunas, y necesitaba descansar, distraer el pensamiento, ahuecar un
poco los sueños, muy comprimidos éstos, muy densificados, igual que las nubes
que transitaban, allá arriba, cargadas de agua estéril por un cielo desolado
que ignora en qué estación del año está.
He cogido el periódico, sí,
y he pasado páginas y páginas, sin apenas leer nada.
Mientras, las prosas seguían
su rumbo, tan densas, ya digo, en lo más intrincado del pensamiento.
Las he dejado libres, a su
aire, y he sacado la pluma, una vez más, para que se explaye a placer por donde
quiera y le plazca a cada instante.
(Noviembre, 2014)
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