28, marzo, 2017

Han caído todos los velos, venidos de
no sé dónde, para intentar cubrir la luz, ya tan intensa.
A mi no me importa, aunque la veo
distorsionada. El oftalmólogo dijo que tenía una óptima visión, pero lo cierto es que
muchos días, demasiados, no veo y voy a ciegas por las calles, y no sé de dónde
viene esta <<ceguera>> que me succiona la luz y me impide reconocer
las formas en las calles, los bulevares del mundo, las inmediatas metáforas
materializadas y, las sempiternas caderas de las muchachas más exultantes,
etcétera….
Mi querido amigo: Permítame sugerir que, tal vez, esa "ceguera" anida en lo más profundo del alma, trasmutada en duda e incertidumbre. Hay motivos suficientes para dudar, pero también los hay, afortunadamente, para creer y esperar en la misma substancia que los motiva, resurgida, de individual, racional y temporal, en infinita y eterna. ¡Ánimo, que la Luz le alcance de pleno!. Luis Madrigal (Madrid, España).-
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