21, marzo, 2017
Hay una belleza estática del mundo
que se torna agónica cuando la observamos, la asimilamos.
La belleza del mundo es una gran
tragedia griega (o contemporánea, atemporal…) que sobrepasa todas las épocas y
se vuelve `eterna´…, mientras dura el
mundo, o, mientras la percibe el gran universo de nuestra mirada, que también
es eterna simplemente por haberla descubierto en un instante glorioso.
Hay una mujer con senos de oro que
nos estremece en cada primavera a través de las luces, del vacío, del tiempo
sin tiempo, quizá del dolor furtivo transformado en felicidad por un instante,
no se sabe cómo.

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