lunes, 13 de junio de 2016



26 de mayo, 2016

Hay  como un leve sopor en el cielo,  que no sé si es el cielo, el mar o las estrellas…  porque me da lo mismo.  (ay… me da lo mismo.)

Hay un cansancio aparente  en las nubes  y un temblor callado en no sé qué sótanos del mundo, ni en no sé qué mundo.

Hay como una descompresión, que quizá se intuye, allá en los confines desvencijados y anónimos de un pensamiento agotado.

Hay, todavía, una divagación constante en el pensamiento errático de no sé qué universo.

Hay…  En realidad no hay nada, o casi nada, porque todo es transcendente/intranscendente…
Y efímero hasta el escándalo                                                                           
 fugaz hasta la locura.

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