lunes, 7 de marzo de 2016



2, marzo

(<<Puedo>>. )No puedo, ni tampoco quisiera, <<decir los versos más tristes esta noche>>  Quisiera decir, en todo caso, que los decenios transcurridos no me importan, o no han dejado huella en mi. O eso desearía.

 
Quisiera creer que el serpenteo luminoso de elipses y contra-elipses  me han dejado una huella indeleble y atribuladamente lírica cual foto fija <<en las amplias alamedas>> visualizadas por S. Allende minutos antes de su muerte.


Quisiera, sólo, solamente, vibrar intensamente con la vida como hasta hace dos días –o doce meses- tan sólo.


No puedo.  Y no es imposible.  Sólo espero mi dosis cotidiana de miedo, en la noche, para dormir y dormir antes que llegue la mañana.

Y la mañana llega. Siempre llega la mañana, pese a todo, pese a todos los pesos más duros que hunden la vida y, ay… anuncian la mañana, una vez más, en un escalofrío de siglos que no tiene palabras. Ni son necesarias.

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