4, mayo, 2017
El miedo, asciende (o desciende,
según) por alguna de las calles que van hacia el gran río o regresan de él.
El miedo, corriente imperceptible que
te coge de pronto en la esquina de una avenida.
Él, el miedo, viento leve escogiendo el recorrido por calles y plazas,
al azar; aciago verso suelto o prosa desgarrada que diversifica y multiplica su
corporeidad invisible, sí, porque tiene cuerpo (y quisiéramos que no tuviese
cuerpo porque nos llena el estomago de aire que nos impide respirar).

Pero tú, tú, ya sin preámbulos… ¿tú
me amas? Y si me amas, ¿quién eres tú?
Téc. mixta sobre lienzo (pequeño formato). Obra de 2015. Incierta soledad.
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